El otoño es mi estación favorita. No lo ha sido siempre, no recuerdo cuándo empezó a serlo. No es la más popular, ni la más esperada por nadie. Y aún así, sonrío con el crujido de las hojas, con el rojo eclipsando al amarillo en el reinado del naranja. Con sacudirme el calor y acurrucarme en la gabardina, y aceptar un nuevo comienzo, sea el que sea, esté preparada o no. Como cada octubre, la lluvia que retumba en el tejado se debilita poco a poco y me deja intuir, con mi siempre atrofiado olfato, el aroma a cambio. Y en mi primer otoño a este lado del Atlántico, tomo el viento del norte como una señal, y la alfombra marrón como el principio del camino.
When The Leaves Come Falling Down - Van Morrison
Ya casi había perdido la esperanza de volver a leer tus no-tan-fugaces pensamientos por aquí. Me alegra.
ResponderEliminarLa gente se queda con la primavera, por eso del renacer y la esperanza. Pero como dice House, hope is for sissies.
Keep rockin', Lu. you just have to choose one of both sides of the ocean.