15 de abril de 2009

Abril



"Abril no es tan lluvioso en Madrid", pienso mientras abro el paraguas, que últimamente siempre me acompaña, y empiezo a notar la humedad en el pelo. En esta ciudad de clima loco, la gente se vuelve loca por los rayos de sol. Sale uno y sacan las chanclas, y plantan la mesita en el jardín. Aunque saben que al día siguiente lloverá de nuevo, y volverán a refunfuñar.

En cinco minutos estoy en Dupont Circle. Los días de sol, esta plaza redonda se llena de parejas haciendo picnic junto a los tulipanes, de ancianos jugando al ajedrez, de músicos tocando. Pero hoy estoy sola con la lluvia, y sé lo que toca. Guitarra acústica en mis cascos, y ensimismamiento profundo.

Si hoy hiciera sol, repetiría el plan del sábado pasado. Una buena conversación estirada en una tumbona, un paseo por el barrio más bonito de la ciudad, una cena junto a la piscina con una guitarra y buenos amigos. Aunque la mirada se dirigiera más allá del cantante emocionado, de la pareja feliz, del solitario cumpleañero.

Pero no hace sol, y nunca me ha importado menos. Las gotas hacen temblar el rojo de mi paraguas mientras espero, junto a la fuente de la plaza, uno de los tantos ritos por los que tenía que pasar este año, según mi plan original. Un plan para seguirlo sin pensar, sin reflexionar demasiado. Actuando. Y, rodeada sólo por los jardines y por la gente que atraviesa la plaza corriendo porque decidió salir de casa en chanclas, decido cerrar el paraguas.

Sky Blue Sky - Wilco


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